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En el fondo del último telón azulado,
se corta el alambre del canto,
se posa en el mosquitero
para iluminar con sus perladas cuerdas;
rebota en las paredes oscuras
todo el brillo de su danza
simple paradero del Valle
tu destino no es errante
en este momento, en mis ojos,
no sos pelusa, ni semillero
sos el anhelo latente
que logró pintar en blanco
Un atardecido lucero.
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Mudanza y adelanto de nueva novela
Hace 2 años
Qué bien mi queridisimo amigo. Me gusta ese juego sutil de melodía y rima. Demás está decir que has crecido literariamente, espero juntarnos a compartir de nuestras charlas
ResponderEliminargracias mano, y que así sea!
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